Introducción

Comenzamos este capítulo explorando los fundamentos de cómo la trivialización de los problemas se hace presente en nuestro día a día, sus prácticas más comunes y las suposiciones erróneas que lo sustentan.

Entendamos primero que la trivialización de los problemas no es un comportamiento exclusivo de ciertos individuos, sino más bien un fenómeno cultural que se ha infiltrado en nuestras relaciones cotidianas y en nuestros discursos. Se habla con ligereza de 'problemas mayores' con el argumento de rebajar la importancia de las dificultades de uno mismo o de los demás, dando lugar a una referencia jerárquica de problemas. En todo caso, esta jerarquización es absolutamente ficticia y no hace más que desviar la atención de las verdaderas cuestiones a tratar.

El problema con esta lógica es que considera los problemas como entes estáticos, asumiendo una categorización que es inherente en su naturaleza. Esto es, en realidad, una suposición errónea ya que los problemas - tanto a nivel individual como social - son dinámicos, multifacéticos y subjetivos. No pueden, ni deben, ser comprimidos en una lista de 'más graves' a 'menos graves'.

Además, este enfoque también deshumaniza a quienes luchan con desafíos cotidianos, invalidando sus experiencias de dolor, miedo o sufrimiento. No se puede cuantificar el sufrimiento humano, y mucho menos utilizarlo como un elemento de comparación.

Es crucial que nos apartemos de esta práctica y empecemos a tratar cada adversidad con la atención y la seriedad que merece. Esto permite un abordaje más eficiente y humano, generando soluciones orientadas a los afectados y no solo a combatir una 'jerarquía' de problemas. Cuando ignoramos, minimizamos o trivializamos los problemas de los demás, perdemos colectivamente oportunidades indispensables para crecer, aprender y mejorar como sociedad.

Este viaje que emprendemos en este capítulo es, en última instancia, un viaje de empatía y respeto. De reconocimiento del dolor y lucha ajena. Y de reflexión sobre como podemos, individual y colectivamente, construir un mundo más solidario y empático. En las siguientes secciones, desgranaremos cada uno de estos puntos en detalle.